La endodoncia requiere de una técnica y sistemática depurada, en todas sus partes: remoción y des-infección total del proceso carioso; detección del número y entrada conductual; determinación de longitud de trabajo y preparación biomecánica óptima y necesaria y su posterior obturación efectiva con sellado hermético. En la constante búsqueda de mayor calidad en el tratamiento endodóntico, el microscopio operatorio ha demostrado comportarse como un perfecto aliado del dentista con práctica de endodoncia, pasando de ser un instrumento complementario o auxiliar a convertirse en el coprotagonista del éxito de un tratamiento de conductos. Gracias a proporcionar al endodoncista mejores condiciones de trabajo, una magnificación visual de hasta 40×, un aumento en la iluminación del campo operatorio, además de permitir el registro informático de casos clínicos.